Las personas que trabajan en una oficina a tiempo completo pasan un tercio del día en estos espacios. Por eso, cada vez existe una mayor conciencia de que las zonas de trabajo deben ser cómodas, funcionales y, sobre todo, estar decoradas de manera adecuada para que todo el mundo pueda sentirse bien el tiempo que tengan que estar allí cada jornada.
Muchos directivos de empresas se preguntan cómo decorar una oficina sin gastar demasiado dinero, pero teniendo en cuenta todo lo necesario para que el espacio responda a las necesidades de sus asalariados.
En ese sentido, es importante saber que no hay que hacer un gran desembolso para decorar una oficina: con un poco de gusto y atención se pueden lograr resultados muy interesantes y que incluso tengan repercusiones positivas para la propia empresa.
¿La decoración de una oficina influye en la productividad?
Es habitual preguntarse si la decoración para oficina es verdaderamente necesaria o solo es algo que depende del gusto de la dirección de la empresa.
La respuesta es que sí, la decoración de una oficina influye directamente en la productividad. ¿De qué manera? Los estudios científicos realizados a lo largo del siglo XX demuestran que espacios agradables en los que apetezca estar hacen que los trabajadores quieran responder mejor a sus responsabilidades.
Dicho de otro modo: una oficina correctamente decorada es un motivo para ir cada día al trabajo y desempeñar de la mejor manera las obligaciones que tocan en cada jornada.
Un ambiente de trabajo agradable y bonito afecta directamente a la parte más emocional de los trabajadores. Estos verán cómo el entorno les genera sensaciones positivas y mejorarán su estado de ánimo.
Por último, y más allá de lo que una bonita decoración haga en los trabajadores, es relevante pensar en el hecho de la imagen que se da a terceros: clientes, proveedores o socios que acudan a la sede de la empresa se llevarán una muy buena experiencia y elevarán su percepción positiva sobre la firma, lo que tiene repercusiones positivas en la reputación.
Consejos para decorar una oficina
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de plantear la decoración de una oficina es que esta debe responder, antes que a ninguna otra cosa, a la funcionalidad: al fin y al cabo se trata de una zona de trabajo y, por tanto, el espacio debe estar optimizado para llevar a cabo las labores propias de la empresa.
Después de ello, es importante pensar en el tono y la estética de la propia marca: a la hora de decorar se lanza un mensaje, también a los trabajadores. Por eso, una empresa moderna y cosmopolita no apostará por decoraciones clásicas, al igual que una compañía familiar basada en la producción de artículos de toda la vida no elegirá mobiliario u objetos de decoración de estética urbana e industrial.
Más allá de esto, estas son algunas de las recomendaciones que se pueden seguir a la hora de decorar una oficina de manera eficiente, económica, rápida y que obtenga los resultados de aumento de productividad ansiados.
Elementos de uso cotidiano
Un reloj grande que presida la sala principal de la oficina, un perchero en la puerta para dejar los abrigos o un paragüero junto a la entrada para los días de lluvia.
Estos artículos cumplen una triple función: son decorativos, funcionales y, sobre todo, elevan la sensación de confort de los trabajadores.
Saber dónde se puede dejar el abrigo para que no moleste o dónde mirar para saber qué hora es en un segundo son pequeños granitos de arena que van sumando hasta hacer una montaña. Estos objetos transmiten la sensación de que la empresa se preocupa por su plantilla ofreciendo las herramientas necesarias para que los trabajadores estén a gusto en las instalaciones.
Alfombras
Las alfombras son un complemento textil que está asociado a valores de alto confort. Por eso se ponen en las casas desde tiempos inmemoriales cada vez que llegan las bajas temperaturas: aportan calor, comodidad y estética.
Estas sensaciones pueden ser trasladadas a las oficinas con el uso de alfombras situadas en las partes de uso más común: entrada, pasillos, sala de juntas… También se pueden situar bajo las sillas de escritorio, con el objetivo de que estas se puedan desplazar mejor y, a la vez, proteger el suelo.
Pizarras
Las pizarras son un elemento tanto funcional como decorativo. A la vez que pueden servir para dar explicaciones en reuniones o marcar objetivos en una zona visible, ejercen como elemento decorativo que transmite que se está en un espacio de trabajo y motiva la concentración.
Existen pizarras de muchas formas, tamaños y materiales. En la actualidad destacan las pizarras interactivas, que incorporan lo mejor de la tecnología digital, y las pizarras blancas, que son muy estéticas y minimalistas, ideales para las empresas modernas, donde los espacios en las oficinas son diáfanos y luminosos.
Puestos de trabajo
Por supuesto, ninguno de estos elementos de decoración para oficina tendría sentido si la oficina no cuenta con puestos de trabajo perfectamente cómodos y con todo lo imprescindible para que los empleados desempeñen sus funciones.
En ese sentido, hay que destacar que la comodidad no está reñida con estética y elegancia: existen mesas de escritorio, sillas, reposapiés y otra serie de elementos que combinan ambos valores para ofrecer diseños perfectos para todo tipo de empresas.
Quienes se preguntan cómo decorar una oficina tienen aquí algunos consejos fundamentales que se pueden seguir para lograr espacios muy personales y capaces de transmitir la esencia de la empresa a sus trabajadores y elevar su rendimiento. Incorporarlos en las propiedades de la compañía es una inversión interesante para mejorar las perspectivas de la marca en el corto, medio y largo plazo.
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